La CEC forma a las empresas para que la mayoría de los trabajadores sepa cómo actuar ante una parada cardíaca en el entorno laboral
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- Categoría: Confederación de Empresarios de La Coruña
- Published: Martes, 09 Outubro 2012 23:00
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Ante estas situaciones, los primeros minutos son cruciales para salvar una vida y evitar daños cerebrales severos
La CEC está realizando un ciclo de seminarios destinados a fomentar puestos de trabajo saludables en las empresas. En el marco de esta iniciativa, mañana jueves, día 11, la entidad celebra en su sede una jornada centrada en la cardioprotección laboral. Se desarrollará entre las 9:00 y las 14:00 horas.
El encargado de impartir este seminario es Javier Abella Lorenzo, técnico de emergencias sanitarias. Destaca la importancia de que la mayoría de los miembros de las empresas tenga conocimientos básicos de reanimación cardiopulmonar, en particular cómo se realiza un masaje cardíaco, incluso cómo utilizar un desfibrilador, con el fin de poder atender una parada cardiorrespiratoria en el entorno laboral. Según los datos aportados por el experto, el 80% de las paradas cardiorrespiratorias son debidas a una arritmia cardíaca, que se puede revertir con una descarga eléctrica.
“Es fundamental conocer los síntomas de una parada cardíaca y saber diferenciarla de un mero desvanecimiento. Empiezan de la misma manera, por lo que conviene identificar las principales señales de alarma, sobre todo la ausencia de respiración” -salienta Javier Abella-. Así, resalta que los primeros minutos son cruciales. Y que el hecho de que un compañero actúe de manera adecuada incrementa en buena medida las posibilidades de supervivencia. Una vez pasados diez o quince minutos, la persona afectada no tiene opciones de seguir con vida o puede quedar con daño cerebral severo.
El inicio de la resucitación de forma inmediata puede duplicar o triplicar la supervivencia de la parada cardíaca. Los expertos señalan que realizar compresiones torácicas es mejor que no hacer ninguna maniobra. La resucitación cardiopulmonar unida a la desfibrilación en los 3 a 5 minutos siguientes al colapso pueden producir tasas de supervivencia superiores al 49%.