El arquitecto Mario Crecente propone en su tesis doctoral cinco ubicaciones para iniciar la recuperación del patrimonio marítimo abandonado

crecenteSe trata de Rinlo, Espasante, Caneliñas, Tal y Massó, y su uso estaría vinculado al “turismo sostenible”

El arquitecto Mario Crecente defendió esta mañana en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de A Coruña su tesis doctoral ARQUITECTURA, PATRIMONIO y TURISMO. Talasogalicia, una propuesta de síntesis, ante un tribunal presidido por Xosé Manuel Casabella. La tesis de Crecente parte de la idea de que el concepto de patrimonio cultural ha cambiado notablemente en los últimos años, en los que el Turismo ha adquirido un papel fundamental “que ha generado éxitos y fracasos –sostiene–”, por lo que propone un nuevo modelo de actuación en el que se compatibiliza la puesta en valor del patrimonio con un uso turístico sostenible.

 

El nuevo doctor arquitecto desarrolla en su trabajo de investigación, codirigido por los catedráticos Joaquín Fernández Madrid y César Portela, el caso del patrimonio marítimo abandonado: “Hemos estudiado toda la costa gallega e inventariado 213 edificaciones, de las que consideramos aptas 18 ubicaciones; y en una primera fase proponemos cinco emplazamientos”. Su propuesta se llama Talasogalicia y se basa en un modelo de actuación a través del turismo sostenible, integrado y viable, además de aplicable a otros casos y territorios, indica Crecente.

Las cinco ubicaciones elegidas son Rinlo (Ribadeo), Espasante (Ortigueira), Caneliñas (Cee), Tal (Muros) y las instalaciones de la conservera Massó (Cangas). Crecente aboga por una planificación pública, ejecución mixta y gestión privada, al tiempo que estima una inversión para estas cinco ubicaciones de 180 millones de euros, que generarían 500 puestos de trabajo a lo largo de cinco años.

El experto señala que Galicia está “muy por debajo” de sus posibilidades como potencia termal europea, “porque nos cuesta mucho trabajar en equipo. Tenemos gente muy buena en todos los campos: propietarios, investigación, instalaciones, gestores, pero no hemos conseguido una propuesta colaborativa e integradora”. También destaca la necesidad de un atlas termal europeo, “porque ahí nos jugamos mucho en los próximos años, con la nueva política turística de la UE”, según explica Crecente.

Entre otras cuestiones, el investigador repasa en su trabajo, que le ha supuesto años de dedicación desde la óptica arquitectónica, el caso particular de las ciudades históricas termales europeas, como un ejemplo concreto del proceso de construcción patrimonial que, partiendo de un uso turístico, han conseguido su declaración como ITINERARIO CULTURAL EUROPEO por el Consejo de Europa.