El Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia indica que se pueden utilizar lentes de contacto a partir de los 8 años, siempre con la supervisión de un profesional cualificado

lentilla_ninosLos especialistas gallegos aseguran que “desde que los más pequeños aprenden a atarse los cordones de los zapatos se pueden poner lentillas”

Entre los adolencentes, las chicas se decantan por el uso de lentes de contacto por motivos estéticos y los chicos para la práctica de deportes

El Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia recomienda del uso de lentes de contacto en verano a partir de los 8 años de edad por su comodidad. No suponen peligro para la práctica de deportes y no restringen tanto la visión como las gafas. Los usuarios deben exigir que un profesional adapte sus lentes de contacto de forma correcta a los ojos con un examen completo y una prueba previa de porte.

Existe una creencia muy extendida en la sociedad que asegura que los niños no pueden usar lentillas a edades tempranas. Por ello, el colectivo gallego de ópticos asegura que los niños pueden utilizar lentes de contacto a cualquier edad. “Desde que los más pequeños aprenden a atarse los cordones de los zapatos se pueden poner lentillas, es decir, entre los 8 y 10 años” –indican los expertos.

A estas edades, los menores necesitan el apoyo y la supervisión de un adulto, pues los principales obstáculos de las lentes de contacto son su manipulación y mantenimiento. “El ojo si puede aceptar las lentes de contacto pero los niños no están preparados para asumir esa responsabilidad y son dependientes de sus padres. El portar lentillas puede ayudar a un menor a desarrollar una madurez más temprana, puesto que adquiren una responsabilidad diaria que les afecta a ellos mismos directamente, como ocurre con el caso de una mascota” –apuntan.

Entre los adolescentes de 10 y 15 años los problemas de manipulación se minimizan, ya que en este margen de edad los jóvenes muestran mucho rechazo por las gafas por diversas causas. El motivo del uso de lentillas es diferentes según sexos; las adolencentes se centran en motivos estéticos y los adolescentes en razones de tipo práctico, como la práctica de deportes.

Tipos de lentes de contacto

Existen esencialmente dos tipos de lentes de contacto: las duras y las blandas o hidrofílicas. Las lentes duras son pequeñas y rígidas, y corrigen tanto miopías, hipermetropías y astigmatismos de más de 3 dioptrías. Por su tamaño se colocan y retiran fácilmente de la superficie de la córnea. El periodo de adaptación es prolongado ya que, por ser rígidas, constituyen un cuerpo extraño al que el ojo debe habituarse, pero a su vez causan menos problemas en los ojos.

Las lentes blandas o hidrofílicas son mucho más grandes en diámetro y son sumamente blandas (pueden doblarse o enrollarse), por lo que no son útiles para corregir astigmatismos corneales elevados, ya que se amoldan a la superficie corneal. Por tanto, su uso se restringe a miopías, hipermetropías y astigmatismos leves, e incluso pueden corregir también presbicia o vista cansada. Su manejo es más delicado aunque por su blanda consistencia su comodidad es mucho mayor.

Dentro de las lentes de contacto hidrofílicas (blandas) existen a su vez varios tipos, dependiendo de su forma de fabricación y de su composición. Debido al gran avance realizado en la obtención de materiales cada vez más compatibles con la bioquímica y metabolismo corneal, se han fabricado lentes de uso continuado que no es necesario  extraer del ojo para dormir. Estas lentes pueden permanecer en la córnea ininterrumpidamente durante una o varias semanas, periodo tras el cual se desechan y se reemplazan por otras nuevas. Esto hace innecesario el empleo de productos y soluciones de mantenimiento y desinfección, haciendo aun más atractivo su uso. Este tipo de lentes de contacto de uso continuado son tan delgadas y tan permeables al oxígeno que pueden ser utilizadas por largo tiempo de forma ininterrumpida. También existen lentes de contacto blandas desechables diarias, a parte de otras de múltiple duración (semanales, bisemanales, mensuales,  trimestrales o anuales).

Los cuidados de las lentes difieren igualmente. Las lentes duras requieren sólo de un aseo cuidadoso y una desinfección periódica, mientras que las blandas requieren mantenerse siempre húmedas; de lo contrario, pierden sus propiedades ópticas y se rompen, y deben ser desinfectadas constantemente ya que, por su estructura porosa, acumulan todo tipo de residuos fisiológicos (células muertas, lípidos, proteínas, etc) y microorganismos.

Avances en nuevos materiales y técnicas

El Colegio de Ópticos de Galicia destaca la comercialización de lentes de contacto fabricadas con nuevos materiales que gracias a su gran cantidad de agua suponen un porte más cómodo para el ojo. Destacan las fabricadas con hidrogel de silicona. Las lentillas de este material son cómodas y facilitan el paso del oxígeno a pesar de la gran cantidad de agua que tienen. “Su inconveniente es que a pesar de acumular menos depósitos que otro tipo de lentillas, estos son de un tipo que irritan más los ojos; esta desventaja se trata con las nuevas soluciones para hidrogel de silicona” –explican ópticos gallegos.

Entre las nuevas técnicas de fabricación, los ópticos gallegos detacan la precisión en la curbatura de la lente de contacto de hasta 0,3 micras, que corrigen totalmente las distorsiones y aberraciones de la lente, ayudan a mejorar la visión y favorecen el control de la miopía. “La precisión mínima necesaria para la fabricación óptima de una lente de contacto sería de 3 micras, pero los métodos de fabricación modernos permiten una precisión diez veces mayor” –indican desde el colegio.

El uso de las lentes de contacto acarrea muchas ventajas para el usuario en comparación con las gafas:

- Todo el campo de visión está corregido, mientras que con las gafas sólo se ve a través de la lente.
- En personas con distinta graduación en cada ojo, las lentes de contacto proporcionan en ambos ojos imágenes del mismo tamaño lo que mejora el confort visual.
- Se evitan molestias, como los incómodos reflejos sobre las lentes o el empañamiento. Además, ya hay lentes de contacto que tienen filtros que garantizan una protección total contra los rayos ultravioletas (sólo en la superficie que cubre la lente, por lo que no sustituyen la protección de una gafa de sol).
-  Se elimina el riesgo de lesiones ante una ruptura de la montura.
- Son más cómodas para el verano y permiten practicar deportes y otras actividades de forma segura.