Más del 20 por ciento de las personas que practican esquí sufren daños en la visión

gafa_nieveSe necesitan gafas de protección 4 con filtros de color marrón, amatista o amarillo para mejorar los contrastes

El principal daño que se produce es la oftalmía de la nieve

El Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia recuerda a los apasionados de los deportes de invierno que en esta época del año se multiplica el número de personas que sufren lesiones en sus ojos por no protegerlos debidamente. La nieve refleja el 90 por ciento de los rayos ultravioletas, mientras que lo normal es que se reciba menos del 10%. Este hecho puede llegar a provocar una ceguera temporal, de ahí la importancia de tener en cuenta una serie de recomendaciones para evitar futuros daños.

Según indica el Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia más de un 20 por ciento de personas que practican esquí padece enfermedades de la visión, El principal daño que produce la nieve en los ojos se conoce como oftalmía, que es una queratoconjuntivitis o inflamación e irritación constante de la conjuntiva y de la córnea. La oftalmía de la nieve es un problema, sobre todo, en zonas de altitud. El nivel de radiación ultravioleta e infrarroja es más alto en las montañas, porque a esa altura la capa de la atmósfera es más fina y la proporción de rayos ultravioleta en la luz solar aumenta un 10 por ciento cada 1.000 metros. Esta circunstancia puede afectar a la percepción de las formas y colores, así como provocar serias quemaduras en la córnea.

Los síntomas de la oftalmía de la nieve se presentan a las 4 o 6 horas de haber realizado las actividades en el exterior y la sensación es similar a la de tener un cuerpo extraño en el ojo, acompañado de lagrimeo, fotofobia, ojos rojos y disminución de la agudeza visual. Otros efectos negativos que tienen los rayos ultravioletas son la aceleración de la aparición de cataratas, la ceguera temporal y diversas lesiones visuales. Es necesaria una protección adecuada para evitar estos daños, sobre todo en el caso de los niños que tienen la córnea más sensible y sus ojos son más transparentes por lo que reciben más radiación que un adulto y son más propensos a sufrir este tipo de lesiones.

Así, todos los que quieran practicar este deporte deben “protegerse los ojos con unas gafas homologadas que tengan un factor de protección mínimo de 3, siendo el 4 el ideal”, según indica el Colegio. Las lentes más adecuadas son aquellas que utilizan filtros de color marrón, amatista o amarillo, ya que ayudan a mejorar los contrastes en la visión. También se aconseja usar lentes que disponen de protecciones laterales que evitan la entrada de frío y viento.