Ópticos-optometristas gallegos recomiendan la terapia visual comportamental para combatir la ambliopía u ojo vago

ambliopiaEsta alteración provoca la limitación de la agudeza visual, enfoque a diferentes distancias, coordinación ojo-mano y la motilidad ocular

El paciente realizará en su casa una serie de ejercicios de 15 minutos todos los días a modo de juegos visuales


El Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia quiere destacar la atención sobre un problema común en la infancia, la ambliopía, también conocida como ojo vago. Se trata de una alteración que se produce normalmente en un ojo y que impide una buena visión del mismo, lo que provoca que todas las habilidades que debe poseer ese ojo no se desarrollen, como por ejemplo una buena agudeza visual (cuanto vé), un buen  enfoque a todas las distancias (acomodación), una buena coordinación entre ojo y mano o entre un ojo y el otro y una buena motilidad ocular (base de la lectura eficaz).
Según el óptico-optometrista gallego Gonzalo García, especialista en ambliopía, existen diferentes tipos de esta alteración. Se pueden diferenciar entre la ambliopía orgánica (provocada por patologías o lesiones en la vía visual, como por ejemplo producidas por la aparición al nacer de cataratas en un ojo) y la funcional (no provocada por patologías o lesiones, ya que la vía visual se encuentra intacta, como  por ejemplo, por tener una gran diferencia de graduación entre los ojos). “La ambliopía funcional son la mayoría de los casos, y las que tienen mejor pronóstico de recuperación” –indica Gonzalo García.

“Lo que realmente ocurre en la ambliopía es que, al tener una buena visión por un ojo y una mala por el otro el cerebro intenta fundir las dos imágenes. Esta fusión de imágenes es percibida por el cerebro con más borrosidad que si usase sólo la visión de un ojo; finalmente su cerebro decide cortar la información que le llega desde el ojo con la peor imagen para ver mejor” –explica García.

El especialista gallego indica que la mejor forma para prevenir la aparición de la ambliopía es con las revisiones visuales completas y periódicas, en las que se examinen todas las habilidades que debe tener la visión. “Hoy en día se pueden hacer revisiones visuales desde los 9 meses de edad si se sospecha de alguna anomalía” –indica el óptico-optometrista.

Terapia activa


La dificultad en su detección radica en que el paciente con los dos ojos abiertos tiene buena visión, ya que la visión deprimida se suele encontrar únicamente en un ojo. Existen diferentes tratamientos hoy en día pero los mejores resultados se obtienen con la Terapia Visual Comportamental, que es una evolución de las antiguas terapias en las que se usaban parches, medicamentos o aparatos complejos.

La Terapia Visual Comportamental es un método activo, donde el típico parche es sustituido por una serie de ejercicios que el paciente debe realizar en su casa durante 15 minutos todos los días y una vez a la semana hacer una visita a la  consulta del especialista para controlar la evolución y cambiar los ejercicios. Además, siempre se diseñan terapias específicas para cada paciente, y en el caso de los niños en forma de juegos visuales. “De esta forma no sólo conseguimos darle más visión al ojo, si no un buen enfoque, motilidad y una buena visión con los dos ojos al mismo tiempo (estereopsis), permitiéndole así la recuperación de la ambliopía y un mejor cálculo de distancias” –apunta el óptico-optometrista. Con este tipo de terapia también se pueden obtener buenos resultados con el estrabismo y el control de la miopía.

La ambliopía se puede curar a cualquier edad. “Existe la creencia de que a partir de los 7, 12 ó 13 años no se puede recuperar, pero con la terapia comportamental se han llegado a recuperar pacientes de 35 años, que tenían un 10 % de visión en un ojo y han llegado a un 100% de visión y un 100% de visión por ambos ojos a la vez (Estereopsis)” –explica García. La edad no es un impedimento, es solo una dificultad. Cuanto más joven se el paciente más fácil y rápido se puede recuperar.