El 25% de los escolares sufre problemas visuales que pueden afectar a su rendimiento académico

coleEl Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia recomienda que los alumnos revisen su visión al menos una vez al año

Eduardo Eiroa, presidente del Colegio:

“La mayoría de los padres desconoce que casi el 30% de los casos de fracaso escolar se debe a problemas visuales”

Comienza el curso escolar y los niños se tienen que enfrentar diariamente a varias horas de clases, leer, estudiar, hacer deporte, actividades extraescolares, los deberes en cas y, después, quizás haya tiempo para divertirse un rato con la consola y el ordenador. No hay duda de que los ojos de los niños y adolescentes trabajan a pleno rendimiento a lo largo de la jornada y, sin embargo, sólo uno de cada cuatro niños gallegos en edad escolar se revisa la visión al menos una vez al año.

 

 

Fracaso escolar relacionado con la visión

En muchos casos, las malas notas o el desinterés por las asignaturas no son consecuencia de la apatía de los estudiantes, sino de algún defecto visual que les impide seguir el ritmo de las clases, atender a las explicaciones de la pizarra, leer con rapidez y comprensión y estudiar cómodamente, con el consiguiente lastre para su aprendizaje.

Según el presidente del Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia, Eduardo Eiroa, la mayoría de los padres desconoce que casi el 30% de los casos de fracaso escolar se debe a problemas visuales. De hecho, se calcula que el 5-10% de los preescolares y el 25% de los escolares tiene problemas visuales como miopía, hipermetropía o estrabismo, siendo la miopía un problema que va en aumento entre los estudiantes. Eiroa explica que los niños cada vez dedican más tiempo a actividades en las que se realiza un gran esfuerzo en visión cercana, como la lectura, ver la televisión, trabajar con el ordenador o jugar con la consola, lo que produce un incremento de escolares miopes.

¿Cómo detectamos los problemas visuales en los niños?

Los niños pocas veces se quejan de los problemas de visión, por lo que en ocasiones resulta complicado detectarlos. Por ello, los ópticos gallegos recuerdan que es  necesario llevar a cabo revisiones visuales y evaluar también la capacidad de comprensión. “Lo más recomendable es acudir a la consulta del óptico-optometrista al menos una vez al año, y más ahora al comienzo del curso escolar” –destaca Eiroa–.

Pero, aparte de esa necesaria revisión anual, los padres y profesores deben estar atentos a una serie de síntomas de los escolares, que suelen señalar la existencia de problemas visuales:

  • Frunce el ceño, guiña los ojos o gira la cabeza y el cuello para mirar de lejos o de cerca.
  • Se le irritan los ojos cuando escribe o lee, le escuecen y se frota los párpados con frecuencia.
  • Se queja habitualmente de dolores de cabeza.
  • Tropieza con facilidad, consecuencia de la deficiencia en la sensación de profundidad.
  • Tuerce un ojo.
  • Comete muchos errores al copiar palabras de la pizarra.
  • Tiene baja comprensión de la lectura para su edad.
  • Tiene excesiva sensibilidad a la luz (fotofobia).
  • Evita actividades que requieren visión de cerca, como leer o hacer los deberes, o visión de lejos, como el deporte u otras actividades de ocio.
  • Suele sentarse demasiado cerca de la tele o se aproxima mucho a los libros.

Si se observa en el niño alguno de estos síntomas, es necesario acudir a la consulta del óptico-optometrista para someterse a un examen visual completo, ya que la identificación temprana de los problemas de visión puede resultar crucial para un correcto tratamiento. Más de un 90% de los establecimientos de óptica de Galicia realizan revisiones visuales a pacientes a partir de seis años, cubriendo todo el territorio gallego y favoreciendo la comodidad de los padres a la hora de llevar a sus hijos a estos exámenes optométricos, gracias al convenio de colaboración entre el Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia con la Consellería de Sanidade y el Servizo Galego de Saúde.

Criterios de una revisión

En los primeros años de vida, las revisiones ayudan a descartar ciertos defectos refractivos y patologías que, a la larga, pueden ser irreparables. Hasta los 5 años el ojo no ha madurado completamente. Por ello, es una etapa clave para detectar y remediar posibles daños. Durante la revisión, el óptico-optometrista evalúa varios aspectos esenciales para el aprendizaje:

  • Visión de cerca y de lejos.
  • Agudeza visual. Se mide a varias distancias, de tal modo que los estudiantes puedan leer, trabajar con el ordenador y distinguir las palabras escritas en la pizarra con eficacia.
  • Acomodación. Los ojos deben ser capaces de enfocar un objeto y cambiar el enfoque de un punto a otro, de tal manera que la atención pase del libro al encerado, y viceversa.
  • Alineamiento visual y motilidad ocular. Lo ideal es que los músculos que dirigen cada ojo converjan para centrarse en el mismo objeto, perfilando adecuadamente la percepción de profundidad.
  • Visión binocular. Esta habilidad es clave para coordinar y alinear los ojos, precisamente para que el cerebro pueda fusionar las imágenes que recibe de cada ojo en una sola imagen.
  • Movimiento del ojo. El niño debe seguir las líneas de una página de forma adecuada y eficiente al leer, o copiar información rápida y fácilmente de una pizarra o una hoja.