El Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia tributó un emotivo homenaje a Enrique Valcárcel por sus 30 años de dedicación
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- Categoría: Colexio Ópticos Galicia
- Published: Luns, 25 Outubro 2010 16:40
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Enrique Varcárcel
“Este homenaje no es para mí, es un homenaje a la profesión”
Eduardo Eiroa
“Es mucho lo que la profesión le debe a Enrique”
El Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia tributó este fin de semana un homenaje a Enrique Valcárcel, su presidente durante los últimos dieciséis años, a los que hay que añadir otros catorce como delegado provincial de Pontevedra. La entidad colegial, que lo ha hecho presidente de honor, quiso reconocer su entrega durante treinta años, tal como afirmó el actual presidente, Eduardo Eiroa: “Fueron muchos los kilómetros que Enrique tuvo que recorrer por carreteras infinitamente peores a las de hoy. Fueron muchas las horas que tuvo que robarle a su familia. Los que hemos tenido la suerte de estar a su lado en estos quehaceres somos testigos de ello. Y digo la suerte, porque haber acompañado a Enrique ha sido, más que un esfuerzo, tiempo de grata convivencia y enriquecimiento como persona”. Eiroa finalizó su intervención destacando sus desvelos y renuncias y concluyendo que “es mucho lo que la profesión le debe a Enrique”.
“Este homenaje no es para mí, es un homenaje a la profesión”
Eduardo Eiroa
“Es mucho lo que la profesión le debe a Enrique”
El Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia tributó este fin de semana un homenaje a Enrique Valcárcel, su presidente durante los últimos dieciséis años, a los que hay que añadir otros catorce como delegado provincial de Pontevedra. La entidad colegial, que lo ha hecho presidente de honor, quiso reconocer su entrega durante treinta años, tal como afirmó el actual presidente, Eduardo Eiroa: “Fueron muchos los kilómetros que Enrique tuvo que recorrer por carreteras infinitamente peores a las de hoy. Fueron muchas las horas que tuvo que robarle a su familia. Los que hemos tenido la suerte de estar a su lado en estos quehaceres somos testigos de ello. Y digo la suerte, porque haber acompañado a Enrique ha sido, más que un esfuerzo, tiempo de grata convivencia y enriquecimiento como persona”. Eiroa finalizó su intervención destacando sus desvelos y renuncias y concluyendo que “es mucho lo que la profesión le debe a Enrique”.