El Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia recuerda que sólo el asesoramiento de un profesional garantiza una protección ocular personalizada de las gafas de sol

gafasdesolEn 2009, un 70% de la venta de gafas en España se hizo fuera de los establecimientos de óptica y más de la mitad no superaron los controles sanitarios

La elevada exposición de la población a la radiación ultravioleta (UVB), especialmente en los lugares costeros y montañosos, incrementa el riesgo de alteraciones oculares severas, como inflamaciones agudas de la conjuntiva (conjuntivitis) y la córnea (queratitis), aparición de procesos degenerativos de la superficie ocular (pinguécula y pterigión), cataratas, retinopatías e, incluso, lesiones cutáneas, que pueden provocar a largo plazo cáncer en la piel de los párpados.
Según miembros del Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia, “una de cada tres gafas de sol vendidas en España no supera los controles sanitarios necesarios, a pesar de que pueden dañar severamente la visión”. Afecciones como queratoconjuntivitis, queratitis o cataratas prematuras pueden estar provocadas por la utilización de gafas compradas en mercadillos y otros canales de venta no autorizados. En total, un 70% de la venta de gafas en España este último año se realizó fuera de los establecimientos de óptica.

La adquisición de las gafas de sol en un establecimiento sanitario de óptica es una garantía de que las lentes cumplen todos los parámetros de seguridad y calidad. Además, el asesoramiento de un profesional de la visión óptico-optometrista también garantiza que las gafas de sol proporcionen una protección personalizada en función de nuestras necesidades, actividades cotidianas y de ocio o estilo de vida. Para evitar cualquier riesgo, las gafas tienen que tener una serie de requisitos:

•    Tienen que llevar la marca “CE” como estándar mínimo de calidad.
•    Deben cumplir el estándar europeo sobre gafas de sol (EN 1836:1997)
•    Las gafas de sol tienen que llevar especificado el número de categoría de filtro (factor de absorción). El asesoramiento de un óptico-optometrista es imprescindible para realizar la elección adecuada.

•    Además, hay que exigir que las lentes tengan filtros para la radiación UVA, con garantía demostrable.
•    En el caso de ser miope, hipermétrope o astígmata, conviene prestar atención a la compensación óptica de las lentes al adquirir gafas de sol graduadas.
•    Las gafas de sol graduadas se recomiendan para cualquier época del año en la que disfrutemos de actividades en el exterior.

Cada persona tiene una sensibilidad distinta a la luz, por lo que el óptico-optometrista recomendará el tipo de lente adecuado atendiendo a la categoría del filtro solar, que varía del 0-4 en función de la opacidad de la lente.

El color más adecuado para cada actividad


El óptico-optometrista también nos indicará el color de las lentes en función de las necesidades de cada usuario:
•    El verde permite una percepción de colores con muy pocas alteraciones. Reduce la luz visible sin interferir en la claridad de la visión. Es recomendable para deportes náuticos e hipermetropía.
•    El marrón filtra las radiaciones azules y aumenta el contraste y la profundidad de campo. Este color es el indicado para los deportes al aire libre y las personas miopes.
•    El gris transmite uniformemente la luz a través del espectro y respeta mejor los colores naturales, por lo que es una buena elección para la conducción.
•    El amarillo mejora el contraste en días nubosos, brumosos y con niebla.
•    El naranja es el color más adecuado en condiciones de baja luminosidad, como la conducción nocturna o con niebla con una categoría de filtro solar inferior a 2, ya que aumenta los niveles de contraste, pero no es apto para el uso solar.

Además, el óptico-optometrista ofrecerá otras opciones, como las lentes polarizadas, cuyo tratamiento elimina los reflejos horizontales que pueden llegarnos del agua, el asfalto y la carrocería y lunas de otros vehículos, evitando el deslumbramiento; las lentes fotocromáticas, que se adaptan a la cantidad de luz; y los lentes espejados, especialmente recomendables para deportes náuticos y ambientes deslumbrantes, ya que cuentan con un revestimiento en su superficie que les permite reflejar parte de la luz, impidiendo que esta llegue al ojo.

Los conductores de motocicletas y ciclomotores deben llevar gafas de sol que sean lo suficientemente envolventes para impedir que las partículas de polvo u otros cuerpos extraños penetren en los ojos, además de gafas que no limiten el campo de visión, evitando las monturas anchas que obstaculizan la visión lateral. Este tipo de lentes protegen al ojo de la entrada de luz por el lateral. Sin esta protección la luz se reflejaría en la cara interna de la lente de sol y se concentraría en los ojos aumentando las posibilidades de padecer lesiones.