La CEC dará directrices a las empresas para reducir su exposición a situaciones de morosidad e impagos y saber afrontarlas cuando se les presenten

morosidad_webEstas situaciones no eran tan frecuentes en los momentos de bonanza económica, por lo que su impacto condicionaba menos la actividad de las empresas que las sufrían

La Confederación de Empresarios de La Coruña (CEC) organiza un curso sobre gestión de cobros e impagados. Comienza mañana miércoles, 1 de febrero, y se prolongará hasta el próximo 7 de marzo.

El responsable de formación de la CEC, José Manuel Barco, pone de manifiesto que “la actual falta de solvencia de nuestro sistema económico está propiciando que los empresarios tengan dificultades para poder cumplir con sus compromisos financieros y económicos en el corto, mediano y largo plazo”. Y señala que esta situación puede comprometer de manera muy seria la continuidad y sostenibilidad del tejido empresarial.

Barco resalta que en los últimos tiempos la morosidad se está incrementando de manera exponencial, debido a las restricciones de liquidez, al mayor rigor de las entidades financieras a la hora de otorgar créditos, junto con la subida constante de los tipos de interés. Así pues, desde la CEC consideran necesario que las empresas dispongan de una serie de directrices que les permitan reducir su exposición a este riesgo y estar preparadas para afrontar tanto la morosidad como posibles impagos cuando se presenten en el desarrollo de sus actividades.

El curso consta de 20 horas presenciales y 50 en modalidad de teleformación. Participarán en esta actividad un total de 15 personas. Debido a la gran afluencia de solicitudes, más de 80, la CEC prevé incorporar nuevas ediciones de esta acción en sus futuros planes formativos.

La CEC ha incluido este curso en su plan de formación para el empleo 2011-2012 a propuesta de la Asociación de Jóvenes Empresarios, que detectó que muchas empresas tenían dudas acerca de cómo afrontar situaciones de morosidad e impagos. “Estas situaciones no eran tan frecuentes en los momentos de bonanza económica, por lo que su impacto condicionaba menos la actividad de las empresas que las sufrían” -afirma Barco-.