El Colexio de Podólogos de Galicia aconseja visitar a un profesional para revisar los pies antes de hacer el Camino de Santiago para evitar lesiones y diversas patologías dolorosas

Alfonso_AlonsoAlfonso Alonso, presidente del colegio gallego:

“Es importante saber que no se deben manipular las lesiones con cuchillas o callicidas”

El inicio de la primavera provoca el aumento de los peregrinos por las rutas jacobeas del Camino de Santiago, animados por el buen tiempo y el cese de las continuas lluvias. Además de los peregrinos que caminan hacia Santiago de Compostela, son muchas las personas que aprovechan el tiempo de ocio para realizar rutas de senderismo y actividades en entornos naturales.

En el caso de los peregrinos, que realizan largas etapas de más de treinta kilómetros, llegan a la capital gallega para sellar su Compostelana con graves rozaduras, ampollas y dolores en los pies. Para evitar lesiones y molestias, el Colexio de Podólogos de Galicia aconseja acudir a un profesional días antes de comenzar el Camino de Santiago, para comprobar que los pies se encuentran en las mejores condiciones posibles para caminar.

Las dolencias más comunes entre peregrinos son las ampollas y rozaduras, aunque también hay algunos peregrinos con fascitis plantar, metatarsalgias y esguinces a mitad del camino. El presidente del Colexio de Podólogos de Galicia, Alfonso Alonso González, recomienda el uso de cremas hidratantes y antirozaduras al comenzar el día, y una vez que finalice la etapa, es necesario aplicar geles de frío o productos para controlar el exceso de transpiración y evitar las ampollas al día seguinte.

Uno de los primeros consejos que ofrece un podólogo a cualquier peregrino o caminante es no abusar del calzado tipo chancleta o chancla porque no presta la sujeción idónea al pie. “Es un calzado que hace sufrir al pie que se mueve más al caminar con una mayor fricción” –explica Alfonso Alonso–.

El zapato ideal es aquel que se adapta al pie protegiéndolo, ofreciendo sujeción y total movilidad, sin interferir en el movimiento natural al caminar. “Para andar es imprescindible un calzado con un sistema de cierre que se adapte perfectamente al pie, con suela ancha para amortiguar y controlar el impacto de las numerosas pisadas –apunta el presidente do Colexio de Podólogos–. Además, el colegio profesional recomienda a los caminantes calzar zapatillas deportivas apropiadas, usadas, pero no muy desgatadas.

Otras recomendaciones del Colexio de Podólogos se refieren al uso de complementos adaptados para actividades deportivas como los calcetines y medias de fibras naturales, como seda, hilo o lana, que no opriman el pie en exceso.

Los podólogos gallegos también advierten que es necesario vigilar cautelosamente las heridas. “Es muy importante saber que no se deben manipular las lesiones con cuchillas o callicidas que solo pueden agravar la situación” –indica Alfonso Alonso–.

Recomendaciones básicas para el cuidado de los pies

Cuando una persona camina durante horas, los pies suelen sufrir una ligera inflamación y surge el dolor. “En estos casos lo mejor es elevarlos y darles un baño de agua tibia” –destacan miembros del Colexio de Podólogos de Galicia–. Dentro de las recomendaciones básicas para el cuidado de los pies, el colegio gallego centra su atención en la higiene diaria de los pies,  mediante un lavado con jabón neutro en agua templada o fría, limpiando los espacios entre los dedos, sin utilizar cepillos duros que puedan dañar la piel. “Es bueno secar los pies con una toalla suave, sin dejar humedad entre los dedos para evitar la aparición de hongos, verrugas o bacterias, o usando el secador de pelo a baja temperatura”, sugieren los podólogos que también recomiendan hidratar los pies con pequeñas cantidades de cremas y aceites para prevenir la aparición de sequedad y grietas, heridas u otras lesiones dérmicas.